La mañana que he pasado en el polígono de Santa Ana ha sido tan agradable como productiva. Es una zona que ha sabido generar la convivencia propia de un barrio, en el que todo el mundo se conoce y sabe muy bien las cosas que se necesitan. He tomado buena nota de esas necesidades, pero, sobre todo, he comprobado que allí hay vecinos dispuestos a colaborar para que las cosas se hagan mejor.